El agua es un recurso natural y de primera necesidad para la vida en el planeta.
También es un factor determinante para la evolución de la sociedad. Se utiliza, para beber, aseo personal, cocinar, regar, llenar piscinas, entre otros usos o para obtener energía y consumo industrial.
La naturaleza, al completar el ciclo natural del agua, hace que ésta no se pierda y vuelva a ser utilizada por los seres vivos, por eso se dice que el agua es un recurso natural renovable.
Es considerada como un recurso renovable cuando se controla responsablemente su uso.
El agua fundamental en las actividades industriales del hombre (energía eléctrica, desarrollo de actividades agrarias, turísticas, etc.) por ello es factor determinante en el desarrollo de una sociedad. Hay que usarla responsablemente, tomando conciencia de que no hay que malgastarla y evitar su contaminación.
En las grandes industrias y empresas se desperdicia mucha agua, ya sea por poca concienciación, ya sea por un problema económico, lo que lleva a la carencia de plantas depuradoras de agua lo cual no permite que esta agua pueda volver a utilizarse, también los hogares domésticos la desperdician porque no hay conciencia de su ahorro y se utiliza más de lo que se necesita.
El aumento de la población mundial, hace que aumente la demanda de agua limpia. La escasez del agua afecta a millones de personas en todo el mundo, sobre todo a los países más pobres, que sufren muchas enfermedades relacionadas con la calidad del agua (diarrea, cólera, etc.). El acceso al agua potable reduce la mortalidad en la población, principalmente en la infantil. Estudios de la FAO estiman que antes del 2030, el 20% de los países en vías de desarrollo tendrán problemas para el acceso al agua.
La desigual distribución y la gestión ineficaz provocan que millones de personas no tengan acceso al agua potable, y que, si se sigue esta tendencia, en menos de veinte años el número de personas privadas del acceso al agua potable se multiplique por cuatro.
El agua, un recurso natural considerado como renovable, en la actualidad, pasa a ser no renovable y limitado, debido al desequilibrio del ciclo hídrico, propiciado por la deforestación, sobre explotación de los acuíferos, gestión ineficiente y contaminación.
Aunque sea un recurso natural renovable, su mal uso puede llevarla a su limitación y vulnerabilidad. El agua, aunque sea muy abundante no es un recurso inagotable, se contamina con extrema facilidad y una vez contaminada la recuperación de su pureza, si ésta es posible, se hace muy ardua.
Todos debemos cuidar nuestros recursos hidrológicos con medidas que reduzcan el consumo de agua potable y ser conscientes de que el agua es el recurso más preciado de la naturaleza, por la incidencia que tiene en la vida de todos los seres vivos, evitando así una catástrofe de consecuencias impredecibles. El desabastecimiento de agua potable pone en riesgo la salud y la vida de miles de personas.
El consumo de agua en España en el ámbito doméstico alcanza una media de 144 litros por habitante y día (Encuesta sobre el suministro y saneamiento del agua, INE año 2010). Una vivienda con una familia de 4 personas puede superar los 17.000 litros mensuales.
Hoy en día hay tecnologías disponibles para ahorrar agua y ahorrar energía empleada en su calentamiento que aumentan las posibilidades de mejora y pueden marcar el camino a seguir: colaboración entre ciudadanos y administración. Este enfoque puede hacer que las ciudades reduzcan el consumo diario de agua por persona y día. Aplicando las tecnologías existentes se puede bajar el consumo de agua hasta los 100 litros por persona y día, consiguiendo un ahorro de agua y la energía para calentarla superior al 30%.